Esos sentimientos que se generan en mi, sólo pueden ser detonados gracias a la combinación perfecta de la música y la danza, y que en mi vida implica la danza clásica. Un baile con el que tengo una especial relación porque me siento identificada. En él la estructura lo es todo, como para mi. En él la perfección es la apiración mayor, como mis ideales.
Por eso mismo, no me resulta raro sentirme así. Porque bailando siento que soy libre. Bailando siento que puedo volar. Bailando y bailando mi existencia se ve completa, sin falla alguna. Bailando soy la persona más feliz, disfrutando cada paso, cada combinación. Bailando soy lo que no soy.
Juego a ser otra, juego a ser feliz, juego a que simplemente bailo pero en realidad ofrezco mis sentimientos. Y aunque quizas todavía no haya aprendido a expresar todo lo que quisiera, se que voy en camino. En camino, en un camino. En un sendero que es largo y no se acaba nunca; y que por sobretodo es dificil de escalar, pero no me importa.
Desde aquella tarde en la que sólo tenía nueve años, desde aquel principio de los principios le debo todo a mi profesora. A Marcela que me mostró la danza con la cual soy una, la pasión que encarno; que me enseñó que la perseverancia es todo, que me demostró que siempre podemos un poco más y que me dejó marcada para siempre. Una huella indeleble que permanecerá en mí para toda mi vida, y que nunca voy a olvidar porque para mi es muy importante.
Porque bailar danzas clásicas es mi vida. Porque esta electricidad que siento es energía positiva.

3 comentarios:
Que lindo sentirse así cuando uno hace lo que ama
Cómo hago para sentir lo mismo? el otro día tuve muchas ganas de estar así
te quiero
Publicar un comentario