martes, 26 de enero de 2010

Nowhere man

Necesito profundidad. Esa misma que tiene el mar de esta playa, y a veces se lleva personas. Quiero una profundidad profunda, como aquella que existe en el túnel de tu boca.
Puedo vivir sin freno y disfrutar de sol a sol, pero en algún lado me detengo. El vértigo es una sensación atractiva, pero también me produce miedo. La vida es un torbellino vertiginoso y quiero bajarme.
Directamente, no sé cómo me subí. Le tengo terror a las montañas rusas, y últimamente siento que es así mi vida. Vueltas concéntricas, de ciento ochenta grados y a una alta velocidad.
Caída libre. De golpe fui lanzado al consciente. ¿Qué hago acá? No pertenezco al mundo de la lujuria. Sólo, quizás, por un ratito.






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