Por momentos creés que las palabras son todo. Es más, te convencés de eso a diario. Pero pasa un día, más específicamente un momento en que te das cuenta que las palabras no alcanzan. Y que entonces, quedás en la vida como un mudo haciendo señas para que te entiendan. Y ahí te das cuenta, con impotencia y semi-paralizado, que las palabras no alcanzan... Que no existen las palabras.
1 comentario:
Me encantó. De lo mejor que leí en este blog !
Choco.
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