sábado, 1 de agosto de 2009

Pensar en nada

Día domingo. Me despierto y entresueños miro la hora. El reloj marca las 3:56 am, y entonces pienso ¿por qué me desperté a esta hora?. Inmediatamente como un acto reflejo pensé: voy a seguir durmiendo, falta mucho para levantarme.
Cierro los ojos, y a pesar de que mis párpados están pesados como si fueran de plomo, hay algo en mi mente que da vueltas y que me mantiene lúcida. Una lucides que pendula entre dos sensaciones encontradas: el deseo de seguir durmiendo y la ansiedad causada por una tarea pendiente.
En consecuencia, en mi mente comienza a librarse una lucha entre ambas sensaciones. Las dos pugnan por lograr su objetivo y finalmente la ansiedad gana la batalla, librada en mi inconsciente. Estoy más alerta que un animal indefenso en una noche oscura, en una gigante selva, llena de posibles fieras acechando.
Resuelvo rápidamente ir al baño, lavarme la cara y tomar un vaso de agua. Vuelvo a la pieza, enchufo el televisor y lo prendo. Zapping. Nada más divertido en la programación matutina que Los Simpsons. Pero el capítulo que están pasando ya lo ví dos mil veces y la verdad es que ni ganas de verlo. Continúo haciendo un zapping sin rumbo durante aproximadamente quince minutos (tiempo en el que finaliza el episodio)
A continuación, comienza una película que mi mamá siempre me dice que quiere ver - Hombres de honor, una típica película estadounidense que habla sobre uno de sus héroes. La empecé a mirar y como era entretenida la seguí mirando. Programé la función de apagado en una hora, lapso prudencial como para llamar al sueño.
Cuando faltan cinco minutos para que se apague, veo la inscripción en el extremo superior derecho de la tv. Sigo en total estado de alerta. Decido programarlo en media hora, total... "para las cinco y media aprox, ya me habré dormido". Pero a la media hora se repite lo mismo. Programación: una fucking hora más.
Terminó la película. Linda. Emotiva. Pero tengo sueños, mucho sueño. Apago el televisor e intentando pensar en nada me dispongo a dormir. La pugna mental se debatió durante un largo rato, pero finalmente lideró el deseo de dormir. Que suerte ~


Conclusión: necesito un pensadero. Sí, un pensadero que exista en la vida real. Aquel mismo que en Harry Potter utiliza el director -Albus Dumbledore- para sacar de su mente los pensamientos que desee. Pensamientos que luego quiere volver a corroborar, o simplemente pensamientos que quiere que lo dejen de agobiar. Por eso mismo, como soy una persona muy introspectiva, necesito con urgencia un pensadero que me ayude a dejar mi mente en blanco y continuar mi vida en paz.




2 comentarios:

Ayelén dijo...

entre tu pensadero y mi botón para resetear, hay una similitud que corrobora una vez mas que compartimos una locura.
teaaaaaaaaaaaaaaaaamo hermosisisima amiga que tengo

Ayelén dijo...

valio la pena pensar en todos esos oficios y profesiones
teamo