martes, 4 de agosto de 2009

Yo te banco

Jaime Barylko. No sé porqué, pero supongo que ninguna persona que lea este blog lo conoce. Quizás porque para mí, hasta hace poco era desconocido ¿Te cuento quien es? Es Doctor en Filosofía y tiene un Master en Pedagogía en la Universidad Hebrea de Jesuralén. Y actualmente, se desmpeña como Decano de Humanidades de la Universidad de Maimónides, y como catedrático en varias universidad nacionales. En fin, parece ser una persona culta. Pero en definitiva, yo conozco esta información, porque es la que aparece en la solapa de un libro que hay en mi casa. No sé de donde salió ese libro, ni porqué de vez en cuando lo saco de la biblioteca y leo al aza alguna parte.
Pero lo que si sé, es que el otro día leí una parte que me pareció importante y que hoy, entonces, quiero transcribir aca. Espero que les resulte interesante como a mi.

El arte de querer y el oficio de bancar

"Yo siempre creí, de ingenuo que soy (por eso dijo mamá ?dedicate a la filosofía, es lo único para lo que servís'...), que 'bancar' estaba relacionado con los bancos, los ministerios de Economía, el Fondo Monetario Internacional y esa señora, tan simpática, que nos visita a menudo para controlar en qué gastamos nuestras moneditas, tan gentil ella.
Y ahora me vengo a entyerar de que 'bancar' significa soportar'.
(...)
Crisis de parejas, de padres e hijos, de maneras, de costumbres. Códigos sueltos. Incomunicación.
Como decía cierto amigo mío, con quien me encontré muchos años después de haber hecho la facultad juntos, acerca de su vida conyugal: 'Mirá, te digo algo: la quiero, pero no la banco'.
Ese es el gran problema, aunque usted no lo crea. Amor no falta, pero falta 'bancamiento'.
De ahí inferí que la crisis de los valores es la crisis del bancarse recíproco: querer no es problema, bancarse es el problema.
La gente se adora, y los domingos las parejas van juntas, amorosamente, a tomar el café en la esquina de mi casa, y llevan un diario y se sientan, y cada uno lee su parte delante del otro, o cada uno habla en su privado celular. Así da gusto vivir, y coexistir.
Un domingo me compré varios diarios. Mi mujer me dijo:
- ¿Qué se te dio por leer todos los diarios?
- Es que te invito a desayunar a Palermo y ahí nos distribumos los diarios, los leemos, los pajaritos nos cantan, y la pasamos genial, con intensa comunicación.
No tuve suerte. Tuve que leerme todos los diarios bajo la mirada acusadora de mi cónyuge por mi despilfarro. Pero, te digo la verdad, leer el diario a solas, no frente a tu ser amado, no tiene gusto, para nada.
¿Por qué, cómo puede ser? se pregunta uno. Si el amar es tan grande, tan publicitado, gritado, escrito por todas partes, sobre los muslos de todos los héroes nacionales y heroínas también, ¿cómo puede ser que nos sea tan dificil convivir?
La respuesta aparece diáfana después de lo que hemos explicado; querer es algo privado, emoción en tus entraña, encendimiento de tus arterias, y otros fenómenos de la interioridad de la persona ante otra persona.
Bancar es soportar la diferencia del otro, el gusto diferente del otro, la voz diferente del otro, el modo de ser diferente del otro.

Para bancarnos, es decir para tolerar la individualidad del otro, todo lo que tenemos que hacer es suspender la atención sobre la propia individualidad, y colocarnos ambos en un plano de comunidad, de objetividad, salteando uno sus pasiones caprichosas o el otro sus deseos estrambóticos.
Cuando uno solamente quiere querer, y nada más, y no está dispuesto a renunciar a esos elementos de espontaneidad subjetiva no debería encontrarse jamás con el otro, ni hablarle siquiera por teléfono. Debería intentar una relación sin respuesta, como un camino de una sola mano, por ejemplo, enviarle cartas de amor y no escribir la dirección del remitente. Sería como entrar en la categoría de amante inventada por Don Quijote que amó puramente a una dama sin que ésta jamás se enterara."

Jaime Barylko, Volver a casa -un rescate de la familia-, ed. Sudamericana, Buenos Aires, Argentina.

2 comentarios:

JU dijo...

Gise, amo tus posteos:)
los leo siempre, me inspiran a filosofar igual que vos.
Me encanta tu capacidad de expresarte en lineas, entiendo que es tu escapatoria a ciertos rasgos de tu personalidad.
Gracias por filosofar y por citar cosas tan lindas.
loquita te quiero
Julietita

JU dijo...

Repetí mucho tu jajaja.
Prometo ser más prolija la próxima vez.
Beso