Gritar. Escupir. Putear. Andate a la mierda. ¿Por qué las palabras son liberadoras? ¿Por qué las palabras oprimen? Andá a cagar.
¿Qué es lo que esconde el lenguaje humano que permite comunicarnos y a la vez lastimarnos? Esencia de baldío. Esencia de ambigüedad. Putrefacción. Te quiero gritar: ¿Por qué no te matás?
Te lo digo o no te lo digo. A veces radica ahí el problema. Problema. Perjuicio. Basura. Rubish. Merd. Vertedero. Residuo cloacal.
Lo más bajo y denigrante del hombre ahí se esconde. Su más in-humana inconsciencia del pensar en los demás. ¿Egoísmo? ¡NO! Mi-er-da.
Basta, no quiero suciedad. Prefiero la pureza angelical. No prefiero verte. Gritarte. Escupirte. Mandarte a la mierda. ¡NO! Pero tampoco quiero luchar.
Estoy cansada, harta. Porque siempre que intento pelear, exploto. Un asco. Soy la más inmunda bolsa de residuos dinamitada. La mierda se desparrama por todos lados y es un asco (reitero). Porque los vestigios quedan pegados en las paredes blancas de tus pupilas. Se esconde en los recovecos laberínticos de tus oídos. Y se quedan plasmados como una huella indeleble en tu corazón.
No estoy dispuesta a aceptarlo. No quiero. Basta –yo por mí (extremistamente)- mando todo a cagar.
La ficción es linda. La realidad es lo presente. La ficción realista lo que me trajo a escribir. La puta madre, esto es un poco de esa mierda que estaba escondida debajo de mis uñas que hoy decidí cortar.
¿Qué es lo que esconde el lenguaje humano que permite comunicarnos y a la vez lastimarnos? Esencia de baldío. Esencia de ambigüedad. Putrefacción. Te quiero gritar: ¿Por qué no te matás?
Te lo digo o no te lo digo. A veces radica ahí el problema. Problema. Perjuicio. Basura. Rubish. Merd. Vertedero. Residuo cloacal.
Lo más bajo y denigrante del hombre ahí se esconde. Su más in-humana inconsciencia del pensar en los demás. ¿Egoísmo? ¡NO! Mi-er-da.
Basta, no quiero suciedad. Prefiero la pureza angelical. No prefiero verte. Gritarte. Escupirte. Mandarte a la mierda. ¡NO! Pero tampoco quiero luchar.
Estoy cansada, harta. Porque siempre que intento pelear, exploto. Un asco. Soy la más inmunda bolsa de residuos dinamitada. La mierda se desparrama por todos lados y es un asco (reitero). Porque los vestigios quedan pegados en las paredes blancas de tus pupilas. Se esconde en los recovecos laberínticos de tus oídos. Y se quedan plasmados como una huella indeleble en tu corazón.
No estoy dispuesta a aceptarlo. No quiero. Basta –yo por mí (extremistamente)- mando todo a cagar.
La ficción es linda. La realidad es lo presente. La ficción realista lo que me trajo a escribir. La puta madre, esto es un poco de esa mierda que estaba escondida debajo de mis uñas que hoy decidí cortar.
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