Es triste ver como su armadura de hierro se desvanece. Es triste porque daría cualquier cosa por ayudarla a arreglarla… Pero ¿es lo mejor? Quizás sea lo mejor verla desprovista de un sobrecuidado; pero dentro mío se debaten miles de situaciones. Tengo la sensación de que está desnuda, en carne viva, corriendo el riesgo de ser lastimada por la mínima brisa. Y yo, que siempre admiré su postura de mártir impenetrable, no puedo hacer más que correr a abrazarla. Quizás no ayude mucho, pero lo que intento transmitirle es que estoy, a pesar de la lluvia y el barro –como ella. Quizás no tenga su presencia estoica, pero estoy a su lado para socorrerla. Quiero que llegue a sentir, que si ella tiene un momento de flaqueza yo estaré allí para ayudarla ¿es paradójico? Probablemente, pero es mi forma de retribuirle ese amor intenso que siempre me dio. Por eso mismo, le digo que la quiero y que sin ella no soy nada.
1 comentario:
¿A vos también te pasas que cuando estás con alguien sentís que tu misión es protegerlo?
Muy lindo el texto, me llegó, mucho.
Beso señorita =)
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