jueves, 18 de junio de 2009

Luces y sombras

Ambigüedad. Palabra que desde el día que la descubrí me llamó la atención. Palabra que leí en un texto que se relacionaba con la carrera que estoy estudiando. Palabra que recuerdo exactamente el momento en que me explicaron su significado. Palabra que busqué en el diccionario. Palabra que uso tanto porque creo que me transmite algo especial su significado.
Algunos pensarán que estoy loca porque escribo esto, pero no sé. Simplemente reconozco que tengo una cierta relación con las palabras. Una relación especial porque para mi ellas son el todo y sirven para todo. Un día tuve una discusión (o mejor dicho, entredicho de palabras) con una amiga porque ella me decía que todo en el mundo estaba hecho de números, de medidas. Y yo, por el contrario, decía que el mundo estaba hecho de palabras, que nombran a todo. Conversación rara si las hay, soy consciente de ello; pero lo cierto es que existió y que ambas sostenemos hoy en día lo mismo.
Yo porque sigo creyendo que las palabras son mi todo. Son el medio por el cual me expreso de mejor manera, y obvio que me refiero al modo escrito. A través de ellas me puedo esconder, puedo crear, puedo imaginar, puedo volar. Sí volar. Las palabras son una especie de alas que puedo utilizar para transportarme al lugar que quiero - y eso es lo que más me gusta.
Y de manera inconsciente, mientras escribo, relacioné las palabras con el nombre del blog que siempre me pareció adecuado. Porque las limitaciones no existen más que adentro de uno mismo, por lo que cada uno tiene el poder de alcanzar lo que desea. Cada uno tiene la posibilidad de seguir sus convicciones y alcanzarlas hasta el fin.
El fin, la tangente por la que me fui y dejé de hablar de lo que empecé. Pero creo que ya no tiene sentido retomarlo. Simplemente digo que muchas cosas en la vida tienen su lado ambiguo y que con eso me siento identificada.

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