lunes, 15 de junio de 2009

Maricona

Tengo la sensibilidad, en lo que se dice, a flor de piel. Cualquier comentario, imagen o cuadro puede hacer brotar mis lágrimas como un afluente de sentimientos que no se dicen. Sentimientos que me inundan de una sensación de tristeza, que enceguecen enseguida mi mente de pensamientos negativos. Cualesquiera que sean, son bienvenidos para aumentar rápidamente ese hueco, ese vacío interior producido. ¿Inducido?
No tengo la menor idea. Sólo se que tengo una constante “Propensión natural dejarme llevar por los afectos de compasión, humanidad y ternura”… Según parafrasea la REA. ¿Será debilidad eso? ¿Seré maricona? Ni idea, reitero.
Sólo se que no me importa lo que piensen los demás de estas actitudes frecuentes mías, porque en realidad esa es mi esencia.


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